En el corazón palpitante de la arquitectura y el diseño, yace una chispa que enciende la llama de la innovación, esa chispa es la curiosidad.
Como bien dijo el gran diseñador Charles Eames, “Las preguntas son el motor de la creatividad”. En este Día de la Innovación, queremos celebrar cómo las preguntas son el preludio de toda invención.
La relación entre la innovación y las preguntas es intrínseca y simbiótica. Las preguntas son el comienzo de un viaje hacia lo desconocido, un desafío a lo establecido, y la semilla de la que brota la innovación. Son el eco de una mente que no se conforma con el status quo y busca constantemente redefinir los límites de lo posible.
En el campo de la arquitectura (y más generalmente en el diseño) las preguntas son de variada naturaleza, pero podemos remontar a una pregunta originaria recurrente, que está en el inicio de cada proceso de diseño y busca generar el esquema generador, esa pregunta es de este orden: ¿Qué pasa si….? luego durante el desarrollo del proyecto continúa el extenso guión de preguntas y el aún mayor abanico de respuestas que tienen como propósito ayudar a tomar las decisiones.
La pregunta anterior está enmarcada en la pregunta más general que encapsula la esencia de la innovación y que toda persona que toma decisiones como los arquitectos deberían considerar qué es: ¿Qué puedo hacer hoy que no era posible o no hacía ayer? Esta pregunta invita a reflexionar sobre nuestros resultados y logros y se puede (debe) aplicar para mejorar y transformar el entorno actual.
Siendo que nada es perfecto, todo es perfectible y si consideramos que el mundo es un eterno devenir, entonces si todo cambia, ¿por qué seguir actuando de la misma manera? Se trata de es estar abierto a cuestionarse, de estar en continuo estado de interrogación y perplejidad, sería como un estado filosófico, que no hay que confundir con la actitud de atrincherarse en los dogmas y normas del especialista, el especialista no se pregunta gran que, solo actúa según el checklist o según normas, que son los dogmas profesionales. Estar abierto al cuestionamiento no significa tampoco estar súcubo de la novedad, porque la mente abierta razona, pondera y escoge, no deja que escojan por él.
La frecuencia con la que se debe hacer esta pregunta es un aspecto crucial. Idealmente, debería ser una reflexión constante, un mantra que guíe la práctica diaria. Sin embargo, también es importante durante momentos clave, como el inicio de un proyecto, cuando se enfrentan desafíos o al evaluar los resultados de una iniciativa.
En última instancia, esta pregunta es un recordatorio de que la innovación no es un destino, sino un viaje continuo de descubrimiento y mejora. Es una invitación a nunca dejar de preguntar, aprender y avanzar.
La innovación, visto así, es la respuesta valiente a estas preguntas. Es el acto de llevar estas ideas al mundo tangible, transformando la curiosidad en creación. La innovación no es solo una solución; es una invitación a seguir preguntando, a seguir explorando.
Así que en este día especial, celebremos la danza entre la innovación y la curiosidad. Que nuestras preguntas sean audaces, nuestras ideas valientes, y nuestras creaciones un reflejo de la infinita capacidad humana para imaginar y reinventar. ¡Feliz Día de la Innovación!
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